04 marzo 2010

VIAJE A ISLA SUR (2DO ACTO)

SEGUNDO ACTO








Llegados a Kaikorua, decidimos apresurar el paso porque aún deberíamos cruzarnos de E a W toda la parte Norte de la isla Sur por en medio de pastizales y montañas. Fue un camino de lluvia, malo, con muchas curvas, poca visibilidad por la niebla así que no pudimos mantener una velocidad constante y perdimos mucho tiempo, pasamos al "plan B" : Olvidar lo de pernoctar en Greymouth esa noche, y se cambiaría por Hammer Springs. Durante el trayecto al ver que había una reserva impresionante de ciervos paramos el coche y sin hacer mucho ruido nos acercamos a ellos. Al principio salieron corriendo, luego interesados se fueron acercando y fue el momento para la foto de familia..TACATRÁ!. UN pequeño pueblecito de interior con actividad volcánica en el que se pueden disfrutar de unas pequeñas piscinas termales naturales, previo pago eso sí, aquí paga hasta el apuntaor (aún durante este viaje no encontramos ningunos gratis). Al llegar al hostal, pillé arroz de la cesta que había de comida en común y repuse fuerzas de todo el dia conduciendo y pensando en el dia siguiente, otro largo camino hasta los Glaciares, la mejor parte sin duda del viaje.







Agua oscura de noche, rocío brillante de mañana










Esta foto es un regalo pa la Goanita que se que le gustan las vacas, mira que cara de simpática tiene esta, esta es de las tuyas illa!



















Ovejas también por los lugares, ganado que está desapareciendo en detrimento de las vacas, aunque aún se cuentan 8 vacas por cada persona que vive en Nueva Zelanda, la población aún está salvada...las de ovejas quiero decir.




Estábamos a dia 28 de diciembre, el fin de año estaba bien cerca y el pago de la semana lo debíamos de hacer, porque aquí se paga por semanas el alquiler. Paramos en Greymouth e intentamos hacer el ingreso, todo cerrado, así que desayunamos y rápidamente al coche, quedaban muuuuuchas horas de coche aún. Continuamos hacia delante...GLACIARES!!











Una parada en un lugar que se lo merecía sin lugar a dudas y disfrutar con las fantásticas vistas de 360º sin desperdicio alguno














































A las 16h de la tarde llegamos a Franz Josef, lugar donde veríamos el primero de los dos Glaciares a los que les dedicaríamos la estancia esos dos dias. Entramos a pedir información y pude fotografiar el típico KIWI (el animal por excelencia de Nueva Zelanda), que está en peligro de extinción por las continuas introducciones de animales no autóctonos de Nueva Zelanda provenientes de Australia como el Possum (ole ese tio! , ya lo conocereis en otro de mis post, quedan muchos por aplicar), hurones y más de la misma familia. Fue una foto difícil. Apreciar como mordía el hurón al Kiwi wn wl cuello, fue lo último que mordió el hurón porque están los dos mas tiesos que la mojama, estaban disecados. Será de las únicas veces que podré ver un KIWI en acción, son animales nocturnos muy difíciles de ver.




Botas de montaña al canto y dejamos el coche para hacer una caminata de al menos media hora hasta llegar a la boca del Glaciar. Ya al dejar el coche, todo prometía ser lindo de verdad, decenas de cascadas alrededor tuyo, no dejaban de escupir agua, quién sabe desde que altura.




La distancia entre las dos montañas es la que permite recoger la nieve sobrante que por avalanchas y gravedad cae formando una especie de lengua gigante congelada, de entre muchas de ellas, el Monte Cook es una de las encargadas de aportar esta nieve. Esta mntaña es la Montaña más alta de Nueva Zelanda con 3754m (gracias Goana ;) ). Realmente precioso y digno de ver.



Estas cascadas si que caían a tus pies, la sensación de ver tanta agua junta, y su nacimiento es una sentimiento nuevo difícil de explicar, ahí se formaba la vida, el principio de todo comenzaba allí.














Sinceramente yo me quedé helado, no exáctamente por el frío al ver esa situación de ese inmenso valle del que no dejaba de caer a tu alrededor agua en todo momento, un valle que no recogía agua en todo su área debido a la estación del año. Aquí ahora verano, pero que en primavera, coincidiendo con el deshielo, su caudal aumenta hasta crear un caudal que consigue tocar ambos lados del valle





Una cortina de lluvia se hacía más densa a medida que nos acercabamos a esa gigante lengua helada, a modo de avertencia, o eso creo. Una vez allí solo quedaba contemplar maravillados la majestuosidad y la sensación de inmensidad que te da este regalo de la naturaleza para tus ojos. Se lo comenté a Isa y Mónica, que esto había superado con creces mis expectativas del Glaciar, me iba realmente contento, había merecido la pena, tantísimos kms.




A esos momentos los podría llamar "momentos de admiración". Una alegría recorre tu cuerpo cuando ante ti tienes algo que nuca habías visto, se dibuja algo nuevo en tu retina que queda marcado para siempre. Me conozco y solo ante este tipo de momentos mi cuerpo reaccíona de esa manera.



El azul del hielo impresionante a punto de romper y convertirse en agua, he aquí el nacimiento de la vida desde su más remoto origen.
Aún quedan cosas por suceder pero todo lo bueno debe venir leeeeeentamente para que todo se empape y coja forma, nos vemos en la siguiente entrega.......

2 comentarios:

ya que has pasado por aquí me encantará saberlo si pinchas aquí y me lo dices :)